...

domingo, 24 de julio de 2011

El "Beau Ideal"




Los últimos meses han sido de reflexión, de contemplación silente de una realidad tan cruda como elocuente: podredumbre, corrupción, indolencia, desprecio por la dignidad de los más pequeños y ensanchamiento de las inmensamente diversas “brechas” de nuestro tiempo…

No ha sido “madurez” ni indolencia, no se ha perdido el “beau ideal”…No nos hemos puesto viejos…

Ante la tentación de entregarse a los sentimientos de orfandad, desamparo, indefensión y abandono, desde el abismo más profundo, es cuando debemos sacudirnos y asirnos a los principios heredados…

Los principios fundamentales son inmutables. De lo que se trata es de las interpretaciones, derivaciones y corolarios de los mismos que son tantas veces sorprendentemente circunstanciales y acomodaticios, manejados por los políticos y por los Estados para sus propios fines…

Lo que hemos visto en la pasada semana y lo que veremos, sin duda, en las semanas por venir, acrecentará ese sentimiento y esa convicción de que quedan pocas esperanzas… Los “famosos cables” desnudarán a muchos y tumbarán a algunos de los pocos santos que quedan en los altares. Y a pesar de todo… es bueno!

Es bueno porque nos ayudará a acelerar ese despertar; esa concienciación de la necesidad de un cambio esencial que arrastre lideres, instituciones, costumbres, ideas, prejuicios y ataduras, así como la inmundicia acumulada por décadas de opresión y autoritarismo…

Es bueno porque permitirá que los nuevos líderes surjan de entre la bruma, porque alcanzaremos “la masa crítica”…

Es bueno porque será el inicio de una nueva revolución: no de sangre, ni guerra, ni violencia, ni opresión, ni disturbios, ni revueltas, sin disparos y sin pólvora, sin sufrimiento más allá del que genera el cambio mismo y la destrucción de los paradigmas…porque será el inicio de la revolución de la conciencia, que como represa liberada de pronto arrastrara todo a su paso y nos arropara a todos en los halitos de una nueva era… ninguna fuerza humana podrá evitarlo…

“No te des por vencido, ni aun vencido, no te sientas esclavo, ni aun esclavo;  trémulo de pavor, piénsate bravo,  y arremete feroz, ya mal herido” Facundo Cabral.

“Hay una cosa más poderosa que todos los ejércitos del mundo, y es la idea a la que le ha llegado su hora” Víctor Hugo


martes, 12 de abril de 2011

“Esa no es mi constitución”…Leonel Fernández…


A finales del 2009, cuando se discutían de forma insistente los aspectos que se modificarían en la nueva constitución, y a pesar de sentir una gran simpatía por los integrantes del movimiento, expresamos nuestra oposición y divergencia con la posición de aquellos que planteaban que  esa no era su constitución. También criticamos cuando se llegó a plantear la desobediencia civil a la constitución.

Debemos reconocer que nunca pensamos que llegaría el día en el que contaríamos al principal  promotor de esa constitución entre los que no la consideraban suya. Nunca nos imaginamos que llegaríamos a defender esa constitución, en defensa del imperio de la ley y de la institucionalidad, de quien hasta “padre” de la misma se ha proclamado.

Pero el día ha llegado.

En su discurso del viernes pasado, el presidente planteo una serie de ideas que mientras ponen en duda su capacidad jurídica, no dejan ninguna duda de su mala fe y de su convencimiento de la incapacidad de conceptualizar del pueblo Dominicano.

Nuestro presidente reconoce que la constitución prohíbe la “reelección consecutiva” en su artículo 124. Y no está de más tampoco señalar la redundancia, pues solo la “consecutiva” es “reelección”.  Pero lo trascendental es que el presidente decide divorciarse de la constitución al señalar  como “destacados juristas han argumentado que la misma no tendría aplicación (para él)…en razón de lo indicado…sobre la irretroactividad de la Ley…”

Es posible que esos “destacados juristas” desconozcan la jurisprudencia Dominicana en cuanto a este punto. Nuestra Suprema Corte de Justicia ya ha declarado “…que las normas constitucionales pueden tener efecto retroactivo y alterar o afectar situaciones jurídicas establecidas conforme a una legislación anterior…”. (Sentencia de Septiembre de 1995, BJ. 1018) También es posible que esos mismos juristas hayan sido quienes elevaron ese recurso perdidoso en su oportunidad.

Pero aun para quienes ignoren la jurisprudencia, la razón sería suficiente para descubrir la falacia. Si fuera cierto que el artículo 124 no le es aplicable al presidente Fernández, por motivo de no retroactividad de la constitución, entonces le aplicaría el artículo 49 de la constitución del 2004, en cuya virtud y ya habiendo sido electo a su segundo periodo consecutivo, no podría “…postularse jamás…”

El presidente luego propone “otro mecanismo” según el cual podría postularse, si el primer argumento “no fuera suficiente”: Por medio de un referendo consultivo o uno aprobatorio (Artículos 210 y 272) y es aquí donde el presidente realmente nos deja perplejos, pues parece que nadie le explicó al presidente, que inclusive lo cita en su discurso, que el referendo consultivo no puede tratar sobre esa materia (Art.210 numeral 1) y que el referendo aprobatorio es solo la parte final de una reforma constitucional especial y que previamente requiere del procedimiento de modificación constitucional reglamentario. (Entendiendo que el artículo 272 es la continuación en cuanto a la materia del articulo 271)

Quizás el presidente se haya dejado convencer de los argumentos melosos de sirvientes serviles que han llegado a plantear que “la constitución es inconstitucional” en cuanto limita “el legitimo derecho” del presidente a aspirar a ser elegido. Quizás sus lacayos también desconozcan el principio que establece que “la constitución no puede ser inconstitucional”. Principio que ha sido consignado también por jurisprudencia reciente, cuando en el 1995 nuestra Suprema Corte de Justicia declaró “…que las disposiciones de la Constitución no pueden ser contrarias a sí mismas…”  (Sentencia de Septiembre de 1995, BJ. 1018)

El presidente entiende que “…no existe nada de pecaminoso, ilegítimo o ilegal en intentar…” lo que todos miramos con repugnancia. La violación descarada de la constitución que el mismo promovió y que está llamado a respetar y defender. Debemos además agradecerle el gesto, porque no decidió repostularse no porque no pudiera (sic) sino porque “no le dio la gana”…

Al fin y al cabo, esa no es su constitución…

jueves, 10 de marzo de 2011

Probando lo imposible


Uno de los aspectos fundamentales en derecho siempre ha sido la prueba.

Desde tiempos antiquísimos el régimen de la prueba recibió tratamiento especial y es por eso que ya en el derecho romano y en la ley judía se dedico mucho tiempo y espacio a la consideración del mismo.

A la hora de probar un hecho en derecho, poco importan los hechos; lo importante es lo que puede probarse.

Sin ánimo de tomar partido y en el ámbito del análisis de la recientemente pasada convención del Partido Revolucionario Dominicano entendemos que algunas cosas resultaran difíciles de explicar:
 
El equipo de una de las partes se quejo días antes de la convención de la supuesta inclusión de miles de peledeistas en el padrón. Como consecuencia se permitió que pudieran objetarlos en las mesas. Cabria preguntarse.

¿Por qué solo objetaron dos mil votantes cuando alegan que votaron más de 200,000 peledeistas, en unas elecciones de cerca de un millón de votantes?

¿Por qué no crearon un padrón a su gusto y conveniencia en los dos años que han tenido en la dirección del partido?

¿No es cierto que con ese mismo padrón semi-abierto ganaron las últimas dos convenciones?

El mismo equipo se quejó de la extensión de los horarios de votación por una hora.

¿Por qué no se quejaron de eso a las 8 de la noche, cuando dieron la rueda de prensa en la que daban a conocer los resultados de su encuesta a boca de urna?

¿Objetaron ellos esa decisión cuando ocurrió?

¿Es inusual extender los horarios de votación cuando los centros de votación están atestados de votantes?

¿Se acostumbra a dejar sin votar a miles de votantes cuando llega “la hora de cerrar”?

El mismo equipo, a las 8 de la noche, con caras sombrias, sonrisas forzadas y en violación al pacto firmado dos días antes, daba los resultados de sus encuestas a boca de urna que los “daba ganadores con un amplio margen”.

¿No tenían ellos los resultados de las actas en ese momento?  

¿Por qué decir que ganaban si sabían que perdían? 

El porqué de la derrota podría no ser evidente en ese momento para ellos y podrían tardar más tiempo en “descubrirlo”, pero los datos debían ser evidentes para ellos en ese momento.

Muestran sorpresa de la cantidad de votantes y sin embargo el país entero vio como los centros de votación estuvieron llenos todo el día. Al PLD le cuesta llevar grandes cantidades de votantes a su propia convención.

¿Está el PLD realmente en capacidad de llevar “cientos de miles” de votantes a una convención ajena, con toda la logística que esto implica, sin que sin que resulte evidente para periodistas, delegados y público en general?

¿Eran ninjas?

¿No se han dado cuenta de que si restamos 200,000 votos aun es cerca del doble de la convención anterior?

No se puede hacer algo para lo que no se tiene calidad y luego adquirir la calidad como si el acto ilegitimo se subsanara “a posteriori”. 

Si el presidente del partido estaba en licencia no tenia calidad para convocar a la comisión política y cualquier decisión de la misma seria nula. La comisión política no tiene calidad para interpelar a la comisión organizadora, soberana sobre las decisiones contenciosas en el curso del proceso. La comisión organizadora se ha negado a dar información alguna al órgano que entienden que ilegítimamente se las pide.

Si finalmente y a pesar de todo el equipo de Miguel Vargas fuera capaz de probar que en efecto votaron 250,000 votantes del PLD les quedaría algo por probar de forma absolutamente cierta y sin ningún género de duda:

¿Por quién votaron?

Se trata de probar lo imposible…

lunes, 7 de marzo de 2011

Como destruir los fondos de pensiones…

Como destruir los fondos de pensiones…

La economía mundial sufrió hace unos años la que probablemente fue la mayor crisis de la historia y sin lugar a dudas la peor desde la caída de los mercados y posterior depresión del 1929. Pasarán muchos años, quizás décadas, antes de que las economías se recuperen en términos de perdida de ahorro y riqueza. Muchos nunca recuperaran lo que perdieron.

Es complicado explicar la crisis económica en términos comprensibles.

En términos generales podría decirse que una de las principales causales fue un progresivo proceso desregulatorio que por años floreció en el mercado financiero de los Estados Unidos y que eventualmente llevó a una crisis mundial, por la interconectividad de las economías de hoy en día.

Una enorme burbuja se creó en el sector crediticio. Las instituciones crediticias vendieron sus títulos hipotecarios a instituciones secundarias que a su vez titularizaron estas hipotecas y los vendieron a fondos de inversión y otro tipo de fondos. Estos “nuevos productos” financieros fueron asegurados y calificados. En pocas palabras: hubo comida para todo el mundo.

A pesar de lo bueno del negocio, los compradores solventes se agotaron y el mercado se acabó, por lo que las instituciones financieras, en vez de parar la fiesta, subieron la música y pidieron mas bebida; Ampliaron el mercado vendiendo a quienes no calificaban y vendedores inescrupulosos, incentivados por las sabrosas comisiones, llegaron a estafar pura y simplemente.

Estas hipotecas “basura” fueron a formar parte de complejos productos financieros, que a pesar de contener altas proporciones de títulos de bajísima calidad recibieron altas calificaciones crediticias. El hecho de que las calificadoras de riesgo recibieran compensación por dar esas calificaciones solo explica parte del problema. A nadie le importaba demasiado la calidad de estos productos, todos estaban cobrando jugosas comisiones y el único dinero que estaba en peligro era el de los usuarios finales, fondos de pensiones y otros incautos. Los principales responsables se aseguraron y capitalizaron mucho antes de la caída.

La inversión en hipotecas de mala calidad nunca ha sido un buen negocio. Prestarle a los insolventes no es una forma típica de generar o aumentar capital.

Con frecuencia digo que en nuestro país no se ha inventado nada en términos de corrupción. Solo lo aplatanamos, lo hacemos más vulgar, más simple, más descarado y más descarnado.

La “ideota” actualmente es construir unidades habitacionales de “bajo costo”, financiadas con los fondos de pensiones.

Cabria preguntarse: Si es negocio ¿Por qué no lo han hecho los bancos privados? ¿Hay capacidad de pago o seguridad de repago en un sector económico fuertemente dependiente de la economía informal, el menudeo y la chiripa? ¿Quién va a asegurar los más de 100,000 millones que no son fondos públicos?

Lo que estamos intentando hacer ya lo intentaron los norteamericanos: Generar riqueza a partir de un producto no rentable. La diferencia es que en vez de hacerlo por medio de una compleja cadena de productos financieros, titularizaciones y productos financieros derivativos mixtos, asegurados y calificados lo queremos hacer a lo bestia: simplemente invirtiendo el dinero ajeno en un negocio malo.

Es la mejor forma de destruir los fondos de pensiones… 

lunes, 21 de febrero de 2011

Justicia política


Uno de los más encendidos e insistentes debates en las últimas semanas ha sido sobre las condiciones para ser juez del tribunal constitucional.

Como a menudo sucede cuando un debate técnico se contamina políticamente ha sido difícil ver más allá de las posiciones políticas. Como siempre hemos entendido el derecho al margen de las pasiones, las preferencias y los deseos personales, entendimos pertinente explicar brevemente que es lo que dice (y lo que no dice) la constitución de la Republica sobre el tema.

Lo que se ha dicho es que la constitución establece, en su artículo 151, numeral 2, que la edad de retiro para los jueces de la Suprema Corte de Justicia es de 75 años. El artículo 187 de la misma constitución establece que las condiciones para ser juez del tribunal constitucional son las mismas que para ser juez de la Suprema Corte de Justicia. Está muy claro entonces que ningún juez con más de 75 años puede formar parte del Tribunal Constitucional ¿no?

La verdad es que no.

Las condiciones para formar parte de la Suprema Corte de Justicia están claramente definidas en el artículo 153 de la constitución y ninguna disposición en este articulo habla de edad de retiro.

El debate sobre la edad de retiro surge por lo que establece el artículo 151 que dice:

“…La edad de retiro obligatoria para los jueces de la Suprema Corte de Justicia es de setenta y cinco años…”

¿Debe aplicarse esta, como todas las demás disposiciones para los jueces de la SCJ a los jueces del TC?

Evidentemente que no. Solo las que tienen que ver con las condiciones para su nombramiento. Si así fuera entonces sus términos de ejercicio y sus funciones también serian los mismos. Es una innegable manipulación política.

La razón por la que los jueces de la Suprema Corte de Justicia tienen una edad de retiro obligatoria es que son nombrados de por vida. En el caso de los jueces del Tribunal Constitucional, nombrados por un término especifico de 9 años y sin posibilidad de reelección no es necesario establecer una edad de retiro. (Art. 187)

¿Qué necesidad hay de establecer una edad de retiro cuando existe un término definido y no hay posibilidad de reelección?

Ninguna.

lunes, 17 de enero de 2011

¿Necesita Haití de un dictador?


El día de ayer llegó a Haití, luego de un exilio de 25 años, Jean Claude Duvalier. El dictador, hijo del anterior dictador François Duvalier.


Duvalier llego a Haití “sorpresivamente”, con un pasaporte diplomático otorgado por el presidente Rene Preval y escoltado por las fuerzas de seguridad de la ONU. Resulta difícil explicar el elemento “sorpresa” ante tales circunstancias.


Haití ha estado sumido en el caos de un verdadero Estado fallido por décadas. Bandas armadas controlan amplios territorios, ejecutan y asesinan a mansalva, roban ayudas y alimentos destinados a los mas pobres y proveen cobertura a los grandes carteles de droga.


La clase alta haitiana ha traicionado al pueblo haitiano enriqueciéndose de forma obscena a costa de la misma sangre del pueblo haitiano, robándoselo todo y convirtiendo en negocios personales toda oportunidad de desarrollo para el pueblo.


Los haitianos de abajo no tienen nada. En Haití no hay educación, no hay comida, no hay trabajo, no hay seguridad social, no hay seguridad publica, no hay instituciones. La indolencia es insoportable, insultante, horrorosa.


Los organismos internacionales se niegan a invertir en Haití porque todas las iniciativas terminan en los bolsillos de algún oligarca haitiano.


La democracia en Haití es un concepto que nadie entiende. La participación en las elecciones es mínima y nadie cree en nada. Nadie ejerce ningún derecho fundamental o político porque nadie los tiene.


En este contexto, nos preguntamos: ¿Necesita Haití de un dictador?


Y lo respondemos de esta forma: ¿Si a los haitianos les preguntaran si estarían dispuestos a “entregar” unos derechos políticos y fundamentales que hoy no tienen y nunca han tenido a cambio de la organización del Estado Haitiano, la creación de instituciones, la seguridad publica, la eliminación de las bandas criminales, educación, alimentación, inversión e implementación de las iniciativas y ayudas de organismos internacionales y el desarrollo económico del país, que responderían?


Yo opino lo mismo.