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lunes, 17 de enero de 2011

¿Necesita Haití de un dictador?


El día de ayer llegó a Haití, luego de un exilio de 25 años, Jean Claude Duvalier. El dictador, hijo del anterior dictador François Duvalier.


Duvalier llego a Haití “sorpresivamente”, con un pasaporte diplomático otorgado por el presidente Rene Preval y escoltado por las fuerzas de seguridad de la ONU. Resulta difícil explicar el elemento “sorpresa” ante tales circunstancias.


Haití ha estado sumido en el caos de un verdadero Estado fallido por décadas. Bandas armadas controlan amplios territorios, ejecutan y asesinan a mansalva, roban ayudas y alimentos destinados a los mas pobres y proveen cobertura a los grandes carteles de droga.


La clase alta haitiana ha traicionado al pueblo haitiano enriqueciéndose de forma obscena a costa de la misma sangre del pueblo haitiano, robándoselo todo y convirtiendo en negocios personales toda oportunidad de desarrollo para el pueblo.


Los haitianos de abajo no tienen nada. En Haití no hay educación, no hay comida, no hay trabajo, no hay seguridad social, no hay seguridad publica, no hay instituciones. La indolencia es insoportable, insultante, horrorosa.


Los organismos internacionales se niegan a invertir en Haití porque todas las iniciativas terminan en los bolsillos de algún oligarca haitiano.


La democracia en Haití es un concepto que nadie entiende. La participación en las elecciones es mínima y nadie cree en nada. Nadie ejerce ningún derecho fundamental o político porque nadie los tiene.


En este contexto, nos preguntamos: ¿Necesita Haití de un dictador?


Y lo respondemos de esta forma: ¿Si a los haitianos les preguntaran si estarían dispuestos a “entregar” unos derechos políticos y fundamentales que hoy no tienen y nunca han tenido a cambio de la organización del Estado Haitiano, la creación de instituciones, la seguridad publica, la eliminación de las bandas criminales, educación, alimentación, inversión e implementación de las iniciativas y ayudas de organismos internacionales y el desarrollo económico del país, que responderían?


Yo opino lo mismo.