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jueves, 10 de marzo de 2011

Probando lo imposible


Uno de los aspectos fundamentales en derecho siempre ha sido la prueba.

Desde tiempos antiquísimos el régimen de la prueba recibió tratamiento especial y es por eso que ya en el derecho romano y en la ley judía se dedico mucho tiempo y espacio a la consideración del mismo.

A la hora de probar un hecho en derecho, poco importan los hechos; lo importante es lo que puede probarse.

Sin ánimo de tomar partido y en el ámbito del análisis de la recientemente pasada convención del Partido Revolucionario Dominicano entendemos que algunas cosas resultaran difíciles de explicar:
 
El equipo de una de las partes se quejo días antes de la convención de la supuesta inclusión de miles de peledeistas en el padrón. Como consecuencia se permitió que pudieran objetarlos en las mesas. Cabria preguntarse.

¿Por qué solo objetaron dos mil votantes cuando alegan que votaron más de 200,000 peledeistas, en unas elecciones de cerca de un millón de votantes?

¿Por qué no crearon un padrón a su gusto y conveniencia en los dos años que han tenido en la dirección del partido?

¿No es cierto que con ese mismo padrón semi-abierto ganaron las últimas dos convenciones?

El mismo equipo se quejó de la extensión de los horarios de votación por una hora.

¿Por qué no se quejaron de eso a las 8 de la noche, cuando dieron la rueda de prensa en la que daban a conocer los resultados de su encuesta a boca de urna?

¿Objetaron ellos esa decisión cuando ocurrió?

¿Es inusual extender los horarios de votación cuando los centros de votación están atestados de votantes?

¿Se acostumbra a dejar sin votar a miles de votantes cuando llega “la hora de cerrar”?

El mismo equipo, a las 8 de la noche, con caras sombrias, sonrisas forzadas y en violación al pacto firmado dos días antes, daba los resultados de sus encuestas a boca de urna que los “daba ganadores con un amplio margen”.

¿No tenían ellos los resultados de las actas en ese momento?  

¿Por qué decir que ganaban si sabían que perdían? 

El porqué de la derrota podría no ser evidente en ese momento para ellos y podrían tardar más tiempo en “descubrirlo”, pero los datos debían ser evidentes para ellos en ese momento.

Muestran sorpresa de la cantidad de votantes y sin embargo el país entero vio como los centros de votación estuvieron llenos todo el día. Al PLD le cuesta llevar grandes cantidades de votantes a su propia convención.

¿Está el PLD realmente en capacidad de llevar “cientos de miles” de votantes a una convención ajena, con toda la logística que esto implica, sin que sin que resulte evidente para periodistas, delegados y público en general?

¿Eran ninjas?

¿No se han dado cuenta de que si restamos 200,000 votos aun es cerca del doble de la convención anterior?

No se puede hacer algo para lo que no se tiene calidad y luego adquirir la calidad como si el acto ilegitimo se subsanara “a posteriori”. 

Si el presidente del partido estaba en licencia no tenia calidad para convocar a la comisión política y cualquier decisión de la misma seria nula. La comisión política no tiene calidad para interpelar a la comisión organizadora, soberana sobre las decisiones contenciosas en el curso del proceso. La comisión organizadora se ha negado a dar información alguna al órgano que entienden que ilegítimamente se las pide.

Si finalmente y a pesar de todo el equipo de Miguel Vargas fuera capaz de probar que en efecto votaron 250,000 votantes del PLD les quedaría algo por probar de forma absolutamente cierta y sin ningún género de duda:

¿Por quién votaron?

Se trata de probar lo imposible…

lunes, 7 de marzo de 2011

Como destruir los fondos de pensiones…

Como destruir los fondos de pensiones…

La economía mundial sufrió hace unos años la que probablemente fue la mayor crisis de la historia y sin lugar a dudas la peor desde la caída de los mercados y posterior depresión del 1929. Pasarán muchos años, quizás décadas, antes de que las economías se recuperen en términos de perdida de ahorro y riqueza. Muchos nunca recuperaran lo que perdieron.

Es complicado explicar la crisis económica en términos comprensibles.

En términos generales podría decirse que una de las principales causales fue un progresivo proceso desregulatorio que por años floreció en el mercado financiero de los Estados Unidos y que eventualmente llevó a una crisis mundial, por la interconectividad de las economías de hoy en día.

Una enorme burbuja se creó en el sector crediticio. Las instituciones crediticias vendieron sus títulos hipotecarios a instituciones secundarias que a su vez titularizaron estas hipotecas y los vendieron a fondos de inversión y otro tipo de fondos. Estos “nuevos productos” financieros fueron asegurados y calificados. En pocas palabras: hubo comida para todo el mundo.

A pesar de lo bueno del negocio, los compradores solventes se agotaron y el mercado se acabó, por lo que las instituciones financieras, en vez de parar la fiesta, subieron la música y pidieron mas bebida; Ampliaron el mercado vendiendo a quienes no calificaban y vendedores inescrupulosos, incentivados por las sabrosas comisiones, llegaron a estafar pura y simplemente.

Estas hipotecas “basura” fueron a formar parte de complejos productos financieros, que a pesar de contener altas proporciones de títulos de bajísima calidad recibieron altas calificaciones crediticias. El hecho de que las calificadoras de riesgo recibieran compensación por dar esas calificaciones solo explica parte del problema. A nadie le importaba demasiado la calidad de estos productos, todos estaban cobrando jugosas comisiones y el único dinero que estaba en peligro era el de los usuarios finales, fondos de pensiones y otros incautos. Los principales responsables se aseguraron y capitalizaron mucho antes de la caída.

La inversión en hipotecas de mala calidad nunca ha sido un buen negocio. Prestarle a los insolventes no es una forma típica de generar o aumentar capital.

Con frecuencia digo que en nuestro país no se ha inventado nada en términos de corrupción. Solo lo aplatanamos, lo hacemos más vulgar, más simple, más descarado y más descarnado.

La “ideota” actualmente es construir unidades habitacionales de “bajo costo”, financiadas con los fondos de pensiones.

Cabria preguntarse: Si es negocio ¿Por qué no lo han hecho los bancos privados? ¿Hay capacidad de pago o seguridad de repago en un sector económico fuertemente dependiente de la economía informal, el menudeo y la chiripa? ¿Quién va a asegurar los más de 100,000 millones que no son fondos públicos?

Lo que estamos intentando hacer ya lo intentaron los norteamericanos: Generar riqueza a partir de un producto no rentable. La diferencia es que en vez de hacerlo por medio de una compleja cadena de productos financieros, titularizaciones y productos financieros derivativos mixtos, asegurados y calificados lo queremos hacer a lo bestia: simplemente invirtiendo el dinero ajeno en un negocio malo.

Es la mejor forma de destruir los fondos de pensiones…