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martes, 13 de octubre de 2009

La “desobediencia civil a la constitución”…



Desde que oímos de la llamada ‘desobediencia civil’ a la constitución debemos admitir que nos quedó un mal sabor en la boca.

Simpatizamos vivamente con muchas de las personas que participan en la iniciativa. Apoyamos totalmente a esos jóvenes que han decidido involucrarse en el proceso político. Tenemos grandes amigos en el movimiento. Es por eso justamente que debemos poner algunas ideas en perspectiva.

Lo primero es que desde el punto de vista meramente objetivo, no puede hablarse de ‘desobediencia civil’ a una ley sustantiva. Solo las leyes adjetivas pueden ser propiamente objeto de ‘desobediencia civil’.

La constitución es una declaración de principios. Eso y solo eso. Es la columna en base a la cual se moldean y se ajustan las leyes especificas o adjetivas, las cuales si pueden ser objeto de desobediencia civil. Para ‘desobedecer’ tiene que haber una orden. Y la constitución no da órdenes. Es por eso que tampoco plantea penas. Aclaración de orden.

La segunda objeción es con respecto a que el sistema democrático tiene sus procedimientos y sus formas. Estamos en desacuerdo con muchos de los puntos que se han aprobado en la reforma que se lleva a cabo. Pero la ‘desobediencia’ no es una de las formas legales de objetarlos. Nos explicamos: Nos desagrada en extremo el actual gobierno, pero no por eso apoyaríamos un golpe de Estado. La ‘desobediencia’ es una suerte de golpe de Estado.

El tercer y ultimo punto que deseamos recordar a nuestros amigos, es que el camino de la ‘desobediencia civil’ es un camino sumamente peligroso. Si nosotros entendemos lícito desconocer la constitución, una vez aprobada -producto de un proceso legal- y violando de paso la constitución misma y las leyes- ¿Qué nos diferencia de aquellos a los que tanto hemos combatido, precisamente por violar las leyes vigentes y la constitución?

No, amigos y hermanos. El Estado de derecho es frágil y depende de que todos –Gobierno y ciudadanos- respetemos las leyes y utilicemos los mecanismos legales y legítimos. La ‘desobediencia civil’ es un camino incorrecto, ilegal, ilegitimo, infructuoso, trunco y sumamente peligroso…

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